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my first story about L&C in spanish
Dejame que entre en tu corazon
Capítulo 1
Era la hora de comenzar una nueva vida, fuera del lugar donde se había criado. Él sabía que no sería fácil, y menos en una ciudad tan grande como Metrópolis. Nada más llegar comparó el silencio y la tranquilidad de Smallville con el estrés y el ruido de la ciudad. Su objetivo era integrarse entre un grupo de gente, relacionarse, y demostrar sus capacidades, sus virtudes y que lo reconociesen como un hombre corriente y trabajador.
Él quería amar y ser amado, tener a alguien a su lado para contar sus miedos, dudas, y su gran secreto. Sin embargo, eso era más difícil ya que pasaba inadvertido entre las mujeres y él tampoco se aprovechaba de sus poderes para conquistarlas, sería un peligro para él. Las únicas personas que realmente le querían por lo que era, eran sus padres. Ellos le apoyaron desde el principio en todo, todas sus decisiones, ilusiones y sueños que tenía, pero ahora él estaba solo en una ciudad donde vivían millones de personas, y a cientos de kilómetros de sus padres. Él era físicamente fuerte, pero emocionalmente su cabeza le decía que debía ser igual de fuerte, sin embargo su corazón se encontraba solo, sin nadie en quien refugiarse.
Él quería ayudar, quería ser útil pero él sabía que eso solo se conseguiría si estaba dispuesto a hacer lo que fuese, y no en casa. Tenía que sacrificar lo único que le quedaba en el mundo para luchar por una vida feliz, tenía que dejar su casa y su gente para formarse como trabajador y persona, sobreviviente en la ciudad.
Su mente vagaba por recuerdos de su niñez cuando el taxi que lo llevaba paró. Al salir, el mundanal ruido lo invadió, coches en la carretera, gente de un lado para otro, comerciantes, música, sirenas de policías y ambulancias… él suspiró sabiendo que aquello iba a ser muy difícil. Sin embargo, recordó a lo que había ido y siguió andando hasta su objetivo, el primordial para poder sobrevivir en la ciudad: un trabajo. Desde niño se interesó en escribir, en observar el entorno que le rodeaba y el del mundo entero, en saber sobre lo que acontecía en el mundo, en expresar sus sentimientos y pensamientos sobre un papel, en imaginar cómo sería el formar una familia junto a alguien que quieres con toda tu alma.
Cuando salió de aquella entrevista, estaba desilusionado ya que el mejor periódico de Metrópolis el “Daily Planet” no le interesaba gente como él, los estereotipos estaban marcados en todas partes y él no entraba dentro. Sin embargo, para él no pasó de inadvertido aquella mujer. Nunca había visto a alguien como ella, esa pasión por su trabajo, ambición, y sobretodo su belleza. Sus ojos oscuros lo cautivaron, la facilidad de comunicación, su sonrisa. ¡Menos mal que no fue dirigida a él, si no se hubiera elevado al cielo sin poder evitarlo! Jamás se olvidaría de ella, de…
“Lois Lane este es Clark Kent” decía Perry White. Clark se levantó cortésmente a saludar a esa mujer que había conseguido que se le acelerara el corazón. “Hola, mira Perry…” Lois simplemente fue en busca de conseguir lo que quería. “Bueno, tampoco me iba a dar un abrazo y un beso nada más conocernos” pensaba Clark. Se acababa el día y Clark no empezaba con buen pie. Nadie podía ofrecerle un puesto de trabajo, ni siquiera para el horóscopo o la programación del día. Y su mente volaba todavía en dirección a esa mujer. “Lois Lane” decía continuamente Clark.
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Capítulo 2
Pasó una semana en la que Clark sobrevivía volando hasta Smallville varios días a la semana, no soportaba la ciudad y además era muy arriesgado ayudar a la gente que lo necesitaba pues lo descubrirían. En uno de esos viajes matutinos decidió otra arriesgada solución al problema de ayudar. Gracias a su madre consiguió un traje que diferenciara a un hombre normal a un hombre con poderes. Al volver a Metrópolis camino del hotel se encontró a la persona que había estado esperando desde hacía días.
“Lois, hola” dijo Clark entusiasmado. “¿Quién es usted?” dijo Lois un poco confusa. “Yo, bueno, yo soy el que estaba en el Daily Planet que nos presentaron” dijo un Clark bastante nervioso ya que se estaban mirando fijamente a los ojos. “Eh, pasa tanta gente por el Planet, pero sí recuerdo algo, se llamaba Carl, Charlie, Clain…” Lois comenzó a mirar el reloj. “Clark, Clark Kent de Smallville, Kansas” ella no le recordaba, definitivamente pensaba que ir a la ciudad había sido un error. “Bueno, pues eso, yo me tengo que ir y no puedo perder el tiempo, hasta otra si es que nos vemos” Lois salió corriendo. Clark vio cómo se alejaba esa mujer que le había robado el corazón pero sin embargo le ignoraba. “No te conoce de nada es normal que no hable contigo” se decía Clark mientras volvía a su habitación. Durante horas estuvo leyendo los periódicos de la ciudad, en especial el Daily Planet y a Lois Lane. Sin duda, ella debía sentirse orgullosa de su trabajo, investigadora, crítica y objetiva, doblegaba a los enemigos con sus palabras. Lois Lane es la mejor reportera de Metrópolis. Una sonrisa apareció en la cara de Clark y si se hubiera mirado a los ojos habría visto que brillaban de la emoción. Si él trabajaba duro podría conseguir estar a su lado escribiendo historias y solucionando casos criminales de la ciudad.
Estaba a punto de dormir cuando escuchó una alarma de incendio, la primera vez que se pondría el traje, que podía ayudar sin miedo a ser descubierto, así que sin dudarlo tomó la ventana y salió volando hacia el edificio que ardía en llamas. Allí estaba ya toda la prensa que al ver a ese extraño hombre, todos querían ser los primeros en tener una exclusiva. Clark al ver tanta multitud se asustó y después de apagar las llamas y asegurarse que todas las personas estaban a salvo se fue por el cielo oscuro de la noche.
Ya en el hotel Clark reflexionaba sobre lo que había pasado. Entre la prensa estaba Lois Lane que se había quedado estática al ver a ese hombre e intentó acercarse a él para, como los demás, conseguir unas palabras de aquel extraño personaje. Y él necesitaba verla todos los días, ver su cara, sus gestos, el estrés que tenía por hacerlo todo a la mayor perfección. Una idea se le vino a la cabeza, la ciudad entera acababa de ver llegar a ese hombre con poderes y todos querían saber todo sobre él, pero nadie había logrado hablar con él. Nadie excepto un reportero novato llegado de Smallville que busca su oportunidad en un periódico de la ciudad, y no en cualquiera, sino en el Daily Planet. Clark llegó a la mañana siguiente a la redacción y le entregó esa exclusiva que pondría un punto y aparte a lo vivido la semana anterior. “Kent, has conseguido lo que no ha hecho nadie y el artículo es magnífico, así que bienvenido al Daily Planet” Perry le estrechó la mano a Clark. Lois estaba incrédula a lo que veía, jamás se le había escapado una noticia, ¿cómo un chico de pueblo se lo había arrebatado? “¿Cómo lo conseguiste? ¿Dónde hablaste con él? Yo no te vi allí” decía Lois alterada. “Bueno, yo…” Clark empezó nervioso, pero decidió que ya era hora de cambiar y demostrarle de lo que era capaz. “Me imagino que tú tendrás tus trucos para conseguir información, así que lo mismo yo” decía Clark sonriendo. Lois se acercó intentando intimidarlo. “Escúchame bien granjero, no te metas en mis noticias, yo soy la investigadora, la experta, y tú simplemente un novato de pueblo que necesita un trabajo para sobrevivir” Lois se dio la vuelta dispuesta a irse pero Clark la detuvo. “Cierto es, pero creo que tú también necesitas un trabajo para sobrevivir, además tenemos una cosa en común a los dos nos gusta nuestro trabajo” dijo Clark tranquilo. “Estupendo, pues tú ve por tu lado que yo iré por el mío y a ver quién es el mejor y gana” Lois se fue del despacho de Perry dispuesta a demostrarle a ese tipo por qué era la mejor reportera de la ciudad. “Ten cuidado Kent, nadie se mete con ella, Lois Lane es…” empezó Jimmy Olsen a decir. “La mejor reportera que yo haya visto” terminó Clark.
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Capítulo 3
Lois llegó a su casa por la noche, enfadada pensaba cómo había podido dejar escapar esa exclusiva, y lo que era peor cómo lo había conseguido un novato recién llegado a la ciudad. Lois Lane era una mujer extrovertida, entregada a su trabajo y con una coraza como escudo para proteger su corazón. Había trabajado mucho para llegar a donde estaba ahora, tuvo que superar muchos obstáculos de todo tipo incluidos los hombres con los que no tenía mucha suerte. De cara a la gente tenía un carácter fuerte, duro, dispuesta a todo por conseguir lo que se propone. Sin embargo, por dentro era una mujer que lo único que quería era conocer a un hombre extraordinario, un hombre verdadero que la amara, romántico como ella, que la refugiara entre sus brazos, y sobretodo, que no la abandonara como hizo su padre por el trabajo y como hicieron muchos otros hombres después de conseguir acostarse con ella. Su belleza cautivaba a los hombres, pero ella no se dejaba engatusar fácilmente, había sufrido mucho y no estaba dispuesta a llorar otra vez. Lois no iba a permitir que un chico que acaba de empezar le arrebatara todo por lo que había trabajado. “¿Quién se ha creído que es ese tipo? Todos son iguales, bueno todos excepto…” ella se detuvo pensando en ese nuevo individuo que había llegado para captar toda su atención. Ese hombre que había apagado las llamas de un edificio él solo y después se había ido volando. “¿Quién era él? ¡Un hombre muy guapo y atractivo, eso seguro!” Lois cogió el periódico y leyó el artículo de su rival donde detallaba una supuesta entrevista con aquel hombre fantástico. “Superman” El artículo hablaba sobre lo sucedido en el edificio y cómo Superman apagó el fuego y sacó a las personas de allí. Pero nada sobre de dónde era, cómo había conseguido esos superpoderes, nada sobre él excepto que se hacía llamar Superman. “¿Qué clase de periodista es ese Kent? Yo soy la que debería hacer esa entrevista” Soñando que volaba entre los brazos de Superman se durmió aquella noche, preparando la guerra que la iba a enfrentar contra Clark Kent.
A la mañana siguiente, Perry informó que la venta del Daily Planet había subido como la espuma gracias al artículo de Clark donde informaba sobre el incendio y lo sucedido con Superman. Aunque Lois no estaba dispuesta a callarse una crítica. “La ciudad quiere saber quién es él, tuviste supuestamente la oportunidad y la dejaste ir” dijo seria Lois. “La ciudad quiere saber sobre todo lo que pasa, no se le puede informar de todo a la vez, entonces ¿de qué se habla mañana y pasado y el resto de días?” se defendió Clark. “Quizás mañana, o pasado y el resto de días a la gente ya no le interese saber sobre él, ya que se ha sabido todo por otra fuente que no sea el Daily Planet” volvió a atacar Lois. “Pues yo te aseguro que no se sabrá nada sobre Superman a no ser que él pronuncie una palabra” dijo sin duda Clark. “Ah, claro y esas palabras te las va a pronunciar a ti nada más ¿verdad?” dijo Lois sarcástica. “Se lo dirá a quien le tenga confianza, a quien no malinterprete sus palabras, al que no quiera hacerle daño” dijo tranquilamente Kent. “¿Quién iba a querer hacerle daño? ¿Quién puede hacerle daño?” decía deprisa Lois. “El daño se puede hacer de muchas formas, se puede dañar con las intenciones, con las palabras, y no solo a lo físico” dijo Clark mirándola fijamente. Lois se quedó estática mirando a Clark. “¿Tú crees que yo le haría daño?” dijo Lois ya calmada. Clark se quedó callado y sonrió. “No, claro que no. Pero él es quien decide qué va a decir y a quién” va a salir por el ascensor. “No te creas grande aquí, eres un novato que está solo en la ciudad. Yo conseguiré esa exclusiva de Superman” Lois salió del ascensor. “Gracias por recordarme que estoy solo” dijo Clark en voz baja mientras veía cómo Lois se alejaba a la calle.
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Capítulo 4
Esa mujer le volvía loco, su inteligencia, talento, perfección, carácter, no se dejaba dominar. Sin embargo, esa mujer como el resto de mujeres lo ignoraba, al contrario que Superman que era admirado e idolatrado por todas las chicas, Lois la que más. No entendía cómo un hombre podía ser ignorado y amado a la vez. Todos los días en la redacción eran continuas disputas entre ellos dos, Lois no asimilaba que un chico de pueblo fuera tan bueno, y Clark aprovechaba cualquier cosa con tal de verla y tenerla cerca. Esa noche no podía más, solo habían pasado un par de horas sin verla y necesitaba ver esos ojos oscuros. Sabía que a otro día tendría que aguantar la humillación de Lois, pero sabía que ella haría un buen trabajo. Así que voló hasta la casa de Lois dispuesto a dar una exclusiva a la mejor periodista de la ciudad.
Lois escribía en un cuaderno sus pensamientos y reflexiones, no soportaba a Clark Kent, ni a él ni su trabajo, pero para compensarlo había llegado Superman ese hombre tan especial para ella. Siempre intentó hablar con él, tocarlo y conocerlo. Nadie había hablado con él, excepto Clark. “¿Cómo lo conseguiría? Y ¿cómo pudo Superman concederle esa entrevista?” pensaba Lois cuando oyó el ligero el viento que entraba de la ventana. Al mirar, casi pensó que estaba en un sueño ya que el hombre de su vida estaba allí, al pie de la ventana esperando un permiso para entrar. La voz de Superman le devolvió a la realidad. “¿Se… se puede?” dijo él mirándola fijamente. Lois despertó del trance e hipnotizada por ese hombre contestó. “Por supuesto, pase y siéntese. ¿Le gustaría tomar algo?” “No, gracias” contestó amablemente. “¿Cómo, cómo ha sabido dónde vivo?” le preguntó nerviosa Lois. “Bueno, se lo he tenido que preguntar a Clark” dijo sonriendo Superman. “¿A Kent?” dijo ella con desagrado. “Sí, le concedí una entrevista cuando apagué ese edificio” “¿Me concedería otra a mí?” ella sonrió lo que hizo que Clark se sintiera en las nubes. “Sí, no hay problema” él sonrió también enamorando cada vez más a la intrépida reportera Lois Lane.
A otro día, nada más llegar a la redacción se encontró a su gran rival Clark Kent al que no dudó en restregar su exclusiva. “Mira y aprende cómo se hace una entrevista” dijo ella triunfante dirigiéndose al despacho de Perry. Clark sonrió viendo la satisfacción de Lois por haber conseguido una exclusiva con el hombre de acero. Cuando estaba ella en su mesa Clark se acercó. “Enhorabuena, te lo mereces, es una gran entrevista” dijo Clark sonriente. “Ahórrate las felicitaciones Kent, esto es para que tengas claro quién es el mejor aquí. Y ahora si me disculpas estoy trabajando” dijo Lois sin ni siquiera mirarlo. Clark se quedó estático, esta chica era muy dura. Sin embargo, la chica de la noche anterior era dulce y tierna. “Normal, estaba con el todopoderoso Superman, ahora no estás como Superman así que es imposible que se fije en ti ni tan siquiera como amigo” pensaba Clark con la mirada baja. “¿Qué haces todavía aquí? Vete a tu mesa y haz tu trabajo y déjame trabajar” dijo levantándose y desafiándolo. Clark levantó la cabeza, la miró fijamente y le preguntó. “¿Qué te pareció Superman en persona? Si te diste cuenta es igual de alto que yo” “¿Bromeas? Superman te supera con creces en todo, y cuando digo en todo es absolutamente todo: atractivo, altura, cuerpo y como persona es bueno, bondadoso, amable, tierno, dulce, en definitiva es perfecto” decía Lois suspirando. “Entonces yo soy todo lo contrario” dijo él cabeceando resignado. “Ya vas captando la idea y ahora fuera de mi vista” ella volvió a sentarse y escribir en el ordenador. Clark resignado a ser ignorado por todo el mundo excepto por sus padres volvió a su mesa maldiciendo su otro yo, Superman, el que no era ignorado por nadie y amado por la persona que le había robado el corazón Lois Lane.
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Capítulo 5
“¡Eres mi peor pesadilla Kent!” gritó ella dirigiéndose a la mesa donde Clark estaba sentado. “Vaya muchas gracias por tenerme en tus sueños” contestó él sarcástico. “He dicho pesadillas, los sueños en todo caso serían con Superman, él sí que es un hombre. Y por cierto desde aquella vez no has conseguido ninguna exclusiva más del hombre perfecto, todas me las ha concedido a mí, ¿por qué será?” dijo Lois victoriosa. “Porque no dejas de perseguirlo allá donde va” dijo harto Clark. “Oh, vaya, ¿estás celoso? Te dije que no te metieras en mis noticias Kent, y Superman es mío” “¿Eres su dueña?” “Ojala lo fuera, pero todas las exclusivas de todo lo que ha hecho Superman han sido para mí, tú nunca estabas en el lugar exacto ni a la hora exacta, sin embargo yo sí. Yo gano, tú quédate con esos artículos sentimentalistas y emocionales que te gustan tanto y dejas la acción y Superman a la mejor reportera investigadora del periódico” se dio la vuelta para irse. “¿Y si no quiero?” contestó Clark. “Te vas a otra ciudad o a tu granja porque aquí no hay sitio para dos” Clark se quedó sin palabras, su única oportunidad con aquella mujer era con su otra personalidad el que tenía poderes. Él bajó la cabeza mientras Lois seguía mirándolo duramente, pero de repente ella se mareó y si no llega a ser por Clark hubiera caído al suelo. “¡Lois! ¿Estás bien?” dijo Clark sosteniéndola. Era imposible odiar a esa mujer, la amaba con locura. “Sí, solo ha sido un mareo” contestó ella confusa todavía de lo que había pasado. “Siéntate, te traeré un café y algo de comer” él iba a sentarla pero ella no quiso. “No quiero nada” contestó ella. “Pero tienes que…” “He dicho que no quiero nada” gritó otra vez haciendo que Clark retrocediera. “Yo no tengo la culpa de tus problemas, solo intento ayudar a una amiga” dijo él serio. “Primero, no soy tu amiga y segundo deja lo de ayudar a Superman que es el único que puede. Me voy” Lois se fue mientras Clark se fue por otro lado dispuesto a hablar con ella de la única forma que podía.
Lois caminaba de vuelta a su casa, nada más llegar se daría un baño caliente sin pensar en nada. Cuando estaba a punto de entrar a su casa, oyó el sonido familiar del trueno que le alegraba el día. Al girarse allí vio a Superman, con esos ojos oscuros que hipnotizaban a Lois Lane. “Superman, ¿qué hace usted aquí?” dijo con una sonrisa Lois. “Sé lo que te ha pasado en el Daily Planet, ¿estás bien?” dijo con cara de preocupación. “Sí, ahora sí, ¿cómo lo ha sabido?” dijo ella admirándolo. “Clark me lo ha contado muy preocupado, quería que viniera para ver si estabas bien” él estaba deseando ver la reacción de ella, y por supuesto no se hizo de esperar. “Oh, vaya otra vez Kent” dijo ella bajando la vista para abrir la puerta de su casa. “Te noto un poco receptiva al hablar de Clark” dijo él con el corazón en vilo. “Simplemente no quiero hablar de él ni saber nada” Clark bajó la cabeza. “Bueno yo… yo me voy, cuídate, come y descansa” Superman se fue tan rápido que a Lois no le dio tiempo ni de despedirse, así que se dispuso a hacer lo que había planeado.
Volando entre las nubes sin ninguna dirección iba Clark sin saber qué hacer. Lois le había dejado claro tanto a Clark como a Superman que no quería saber nada del primero, sin embargo estaba perdidamente enamorada del segundo. El problema estaba en que los dos eran la misma persona. Pensando en Lois y en lo imposible que era conseguir su amor, aterrizó en Smallville para ver a sus padres. La fuerza emocional podía con su fuerza extraordinaria que tenía físicamente, él necesitaba ahora mismo el cariño de las únicas personas que se lo podían dar. Desde allí llamó a Perry y le pidió la mañana siguiente libre, necesitaba despejarse y olvidarse por un momento de Lois. En Smallville fue a pescar con su padre, le ayudó en la granja, y por la noche fue a pasear solo. Pero era imposible olvidarse de aquella mujer que le había robado y roto el corazón a la vez. Lois Lane odiaba a Clark Kent mientras que él estaba locamente enamorado de ella, pero ella amaba a Superman que no era otro más que Clark Kent pero con poderes. “¿Por qué me odia? ¿Por qué no puede verme? Si tan solo pudiera ser su amigo” él se lamentaba preguntándose qué es lo que estaba haciendo mal. Él quería amarla, besarla, acariciarla, tocarla, abrazarla, refugiarla entre sus brazos, pero ella no se dejaba querer. No podía entablar una conversación porque ella le contestaba gritando, necesitaba estar a su lado, amarla, amarla…
Se besaban apasionadamente, sus cuerpos se acoplaban a la perfección y sus palabras se perdían en la boca del otro. La piel de ella era lisa, suave y tibia, sus labios se abrían y se unían para explorar con sus lenguas. Ella le acariciaba dulcemente la espalda y el pelo suspirando de placer. “Clark, te amo” decía ella mientras él besaba su cuello. “Yo también te amo Lois, te deseo, te adoro, te…” estaba loco de amor, su piel era un imán a sus labios. “Shh… hazme el amor, Clark, ámame” le pedía Lois desesperadamente.
En ese momento, él despertó dándose cuenta que estaba tumbado sobre la hierba y que era ya de noche. Su corazón estaba palpitando muy deprisa, había soñado con ella, soñaba que la amaba, y que Lois lo amaba también. Puso sus manos sobre su cara intentando tranquilizarse y olvidarse de lo que había pasado, pero era tan real que su piel quemaba, así que se fue a casa y tras darse una ducha se durmió pensando todavía en Lois Lane.
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Capítulo 6
Amanecía otro día en Metrópolis, las calles se llenaban de gente y el tráfico de atascos. Lois fue al Daily Planet con la intención de conseguir otra exclusiva, este año el Pulitzer y el Kerth iban a ser para ella, y para eso tendría que trabajar duro. Aunque últimamente estaba muy desconcentrada en la redacción ya que ese Clark Kent no paraba de mirarla y perseguirla allá donde iba, según ella para intentar hundirla y coger sus exclusivas.
Al salir del ascensor para dirigirse a su mesa, sin saber por qué, su vista se dirigió a la mesa de Clark Kent que al verla vacía suspiró. “Menos mal que todavía no ha venido, así podré trabajar tranquila” pensaba con una voz que el único que la oyó fue Jimmy que se dirigió a ella. “No ha venido ni vendrá por hoy” le dijo a ella mientras le daba una carpeta con toda la información que le había pedido. “El granjero se escapa del trabajo, increíble” dijo Lois dirigiéndose a su mesa. “No es así exactamente, ha llamado al jefe pidiéndole la mañana libre, y según dice Perry su voz no era la mejor de todas” Lois se paró y miró extrañada a Jimmy. “¿Qué le pasa, está enfermo?” Jimmy se quedó mirándola riéndose. “¿Qué?” preguntó ella. “Si no te conociera diría que estás preocupada por Clark” dijo riéndose Jimmy. “¿Yo preocupada de Kent?” dijo ella abrumada. “Sí, pero para tu alivio no creo que esté enfermo al parecer ha ido a Smallville” comenzó a andar junto a Lois que se dirigía a su mesa. “Pues ya que se ha ido, se podía quedar allí y dejarme tranquila sin volver a verlo” dijo Lois aunque no muy segura. “Si tú lo dices” contestó en voz baja Jimmy mientras se iba. Ella se sentó mientras miraba una foto de Superman, él era alguien especial, era distinto a los demás hombres, ¿estaría él solo en este mundo? No tendría a nadie, necesitará cariño, comprensión todo lo que él da al resto del mundo. Y ella necesitaba alguien que la amara por lo que es, reconocía que su personalidad era muy fuerte pero cuando tenía confianza en alguien era dulce y cariñosa. Estaba harta de que los hombres jugaran con ella, de que la trataran como basura, no quería que le pasara lo mismo que a sus padres. Quería enamorarse, saber realmente lo que era el amor, entregarse en cuerpo y alma y sentirse dichosa por ser amada, en definitiva ser feliz.
Estaba pensando en eso y Superman cuando su teléfono sonó “Lois Lane” dijo descolgando. “Estoy hablando con la mejor reportera de la ciudad y la mujer más hermosa del planeta” dijo con voz seductora Luthor. “Lex, qué agradable sorpresa, ¿me vas a conceder ya esa entrevista tan ansiada por mí?” ella fue directa a lo que quería, pero él también. “Te concederé esa entrevista si tiene la amabilidad de cenar conmigo” “Bueno yo…” dijo Lois dudosa. “Oh, vamos ya sé que tiene muchos pretendientes, y quiero presumir de estar unos minutos a su lado” dijo Lex intentando convencerla. “En todo caso soy yo la que presumo por estar con uno de los hombres más ricos y atractivos del mundo” dijo ella convincente ya que a ella le atraía ese hombre. “Estupendo, entonces a las ocho pasa mi limusina a recogerte a tu casa, no te arrepentirás” Luthor colgó el teléfono y sonrió. “Serás mía Lois Lane” pensaba en alto mientras fumaba. Lois colgó el teléfono “Una cita con Lex Luthor y además conseguiré la gran exclusiva” pensaba ella. “Y además es guapísimo, y se ve interesado en mí” Lois sonreía quizás ese era el hombre de su vida ya que Superman era inalcanzable. Y con ese pensamiento estuvo trabajando hasta que llegó la hora de irse a casa a vestirse para su gran cita con uno de los hombres más admirados.
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Capítulo 7
Ya de noche, Clark volvió a Metrópolis para ir a trabajar al siguiente día. Después de estar en su casa con sus padres se sentía como nuevo, pero echaba de menos a Lois, sus discusiones y su voz. Era tarde y Clark no podía dormir, salió del apartamento que había alquilado y se dirigió andando a dar un paseo.
Luthor no paraba de seducirla, Lois estaba ruborizada ya había conseguido la ansiada entrevista y no tenía más excusas. Él la acompañó a casa y la llevó hasta la puerta rodeando con su brazo el hombro de ella. “Ha sido una cena magnífica, gracias Lex” le dijo agradecida ella. “Tú sí que eres magnífica, hermosa” le dijo Luthor acariciándola. “Gracias por concederme la entrevista” intentó cambiar de tema Lois. “Todas las que quieras, ¿quisieras ir al teatro mañana conmigo?” dijo besándole la mano. “Oh, bueno, yo, sí claro” dijo ella sonriendo. “Estupendo, mañana te llamo preciosa, buenas noches” dijo él y sin esperarlo la besó sin que ella pudiera resistirse. “¿Cuánto tiempo hace que un hombre no me besa?” pensaba ella. Luego ella entró a su casa y Lex se fue en su limusina, aunque no habían estado solos en la escena. Dos personas lo habían visto todo, una quería saber todo lo que había pasado con Luthor y su hermana, y otro miraba desde la esquina cómo la mujer que amaba se besaba con otro hombre.
Clark voló hasta la ventana de Lois y escuchó que hablaba con su hermana Lucy. “Venga cuéntame Lois” decía Lucy emocionada. “No hay nada que contar, hemos cenado, le he hecho la entrevista y me ha acompañado a casa” decía Lois despreocupada. “Claro, y te ha invitado mañana al teatro y te ha besado” terminó por decir su hermana. “¿Me has espiado?” le dijo Lois enfadada. “Oh, vamos no todos los días sales con un hombre y menos con uno de los más ricos” “Sabes que mi experiencia con los hombres no ha sido muy buena” dijo Lois nerviosa. “Lois no todos son como los que has tenido” dijo Lucy aconsejándola. “No, son peores” dijo rotundamente. “¿Hay algo peor que un compañero de trabajo se acueste contigo para robarte la exclusiva y te deje tirada a la mañana siguiente?” dijo Lucy harta. “Muchas gracias por recordarme lo que me hizo, Lucy” dijo Lois también harta. “Yo solo te digo que ahí fuera está el hombre de tu vida. Abre tu corazón Lois, no tengas miedo” dijo su hermana acariciándola. “Bueno, quizás sea Lex. Al fin y al cabo es atractivo y muy pasional, y creo que le gusto” dijo ya calmada Lois. “Pues a por él hermana” las dos sonrieron y se abrazaron. Clark en ese momento salió volando rumbo a su apartamento para asimilar lo que había oído.
“Por eso me odia tanto, porque un compañero de trabajo le hizo sufrir y llorar” pensaba Clark en el sofá de su casa. “Tiene miedo a ser abandonada otra vez si se enamora” Ahora comprendía la rivalidad por las exclusivas, por ser la mejor reportera, ella no se dejaba dominar por nadie, ella tenía un escudo protegiendo su verdadera personalidad para que nadie la hiriera. Sin embargo, quería entregar su corazón a Luthor y a la vez le gustaba Superman. “Superman es su amor platónico, Luthor le atrae y parece que está enamorada” pensaba triste Clark. “Olvídate de ella Clark, es inalcanzable para ti. A partir de ahora no le contestaré a sus insultos, seré paciente y si algún día quiere mi amistad, siempre estaré a su lado” con estos pensamientos Clark se durmió sabiendo que mañana sería un día duro, a partir de mañana él iría a trabajar y sería alguien inexistente para Lois Lane.
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Capítulo 8
Era muy temprano y Lois ya había llegado a la redacción que estaba casi vacía. Al cabo de un tiempo llegó Jimmy y se dirigió a ella. “Buenos días Lois, ¿has descansado?” dijo Jimmy. “He dormido perfectamente” le sonrió ella. “Oye, ¿has visto a Clark? Anoche lo llamé a su apartamento y no contestó” le preguntó preocupado Jimmy. “Pues estará todavía ejerciendo de granjero en Smallville” dijo ella con despreocupación mientras se preparaba un café. “No, me dijo Perry que Clark lo llamó diciendo que había llegado a la ciudad” contestó él. Un reportero que llegó a hacerse otro café los oyó y les dijo “Yo lo vi anoche, iba por la calle andando solo a altas horas, parecía triste” “La ciudad de noche es peligrosa, espero que no le haya pasado nada” dijo Jimmy. En ese momento Lois levantó la cabeza mirando a Jimmy “Voy a llamar a los hospitales por si ingresaron a Clark anoche, Jimmy llama a su apartamento” ella se dirigió a su mesa y levantó otra vez la vista a Jimmy que la miraba sorprendido. “¿Qué pasa?” preguntó ella. Jimmy sonrió “Es la primera vez que lo llamas por su nombre y no por Kent” le dijo a Lois. “Es una tontería, eso no tiene nada de interesante” Lois cogió el teléfono y se dispuso a llamar, para olvidar lo que había dicho Jimmy.
Al cabo de una hora, Jimmy llegó a la mesa de Lois “En su apartamento no está” dijo él. Lois estaba con mala cara “He llamado a todos los hospitales y no ha habido ningún ingreso con el nombre de Clark Kent, ¿dónde está?” apoyó su codo en la mesa y la mano sobre la cabeza. En ese momento, las puertas del ascensor se abrieron dando paso a Clark, Jimmy fue directo a él “Clark, ¿estás bien?” Lois al oírlo levantó la vista y al verlo suspiró “Gracias a Dios”. “Sí, solo he tenido una mala noche y esta mañana he salido a dar un paseo muy temprano” contestó Clark a Jimmy. “Nos tenías muy preocupados” a Jimmy se le notaba nervioso. “No pasa nada Jimmy, ahora a trabajar” Clark se dirigió a su mesa dispuesto a trabajar y ser invisible.
Al final del día Clark se levantó para volver a casa cuando una voz hizo que temblara. “Primero no saludas y ahora no te despides” Lois le hablaba seria pero sin gritar. “Hola, tú estabas ocupada y no quería molestar ni antes ni ahora, así que adiós” dijo él lo más tranquilo posible y sin más se fue. Lois se quedó mirando por donde se había ido “¿Qué le pasaba? Estaba muy raro” pensaba ella, pero ese pensamiento le duró muy poco ya que se dio cuenta que era hora de ir a casa a vestirse para la cita con Lex.
Esa noche después del teatro, Luthor la había invitado a cenar y a dar un paseo por la ciudad, él la abrazaba y la besaba constantemente y ella se sentía bien. Iban por una calle cuando vieron bajar a un hombre las escaleras de su casa, al girarse hacia ellos con la cabeza mirando al suelo Lois reconoció a Clark. “Vaya, hola señor Kent” dijo Luthor. Clark levantó la cabeza y al ver a Lois abrazada por ese hombre él quiso dar la vuelta y huir de allí. “Es un honor encontrar a un reportero a estas horas de la noche” dijo Lex sarcástico. “Yo no puedo decir lo mismo, Luthor, ¿qué, planeando su próxima matanza?” dijo Clark mirándolo fijamente sin importarle que Lois estuviera ahí. “Pensé que era más educado señor Kent, pero bueno las apariencias engañan” dijo Lex Luthor empezando a andar con Lois. “Se cree el ladrón que todos son de su condición” dijo Clark desafiándolo cuando ya estaban alejándose. Luthor paró para contestarle, pero Lois le detuvo y le susurró “Vamos” él la besó y comenzaron a andar, ella miró hacia atrás y con mirada dura se alejó ante la vista de Clark.
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Capítulo 9
Ya era fin de semana, Clark salió a dar su paseo por la noche. Superman no había tenido mucho trabajo los últimos días, sin embargo Clark sí. El tener que evitar a Lois era muy duro y la noche anterior cuando la encontró con Luthor le destrozó. La mirada que le dio Lois era de estar enfadada, habían jugado con fuego y se quemaron. Él estaba andando por las calles de la ciudad pensando en lo solo que estaba entre tanta gente, no tenía a nadie, ni un amigo, solo Jimmy como compañero de trabajo.
Clark iba con la mirada al suelo cuando chocó con alguien. “Perdón” dijo Clark. “No pasa nada” ambos levantaron la cabeza, era Lois. “¿Tú?” dijo Lois cuando lo vio. “Hola Lois, perdona otra vez” Clark echó un pie hacia delante, pero ella le detuvo. “No tienes suficiente con entrometerte en mi vida profesional que también lo haces en mi vida privada” dijo ella alterada. “Yo no me entrometo en nada” contestó sereno Clark. “Ah, claro y lo de anoche con Lex ¿quién eres tú para decirle eso?” preguntó Lois. “Dije la verdad, pero tú no la ves, no lo conoces” dijo él intentando mantener la calma. “Claro que lo conozco, es un hombre que me quiere y me hace feliz, es a ti a quien no conozco” Lois se dio la vuelta para irse. “No me conoces porque tú no quieres” contestó él. “Exacto, no quiero conocerte porque no te soporto” ella dio tres pasos pero no pudo más ya que tres hombres la cogieron. “Dejadme” gritó ella. “Estate quieta, suelta todo lo que tengas” dijo uno. Clark la escuchó gritar y fue corriendo sin cambiarse a Superman, sino como un hombre corriente. “Soltadla” dijo Clark. “Y si no, ¿qué?” contestó otro. “Os enfrentáis conmigo y la dejáis a ella” contestó serio. Los tres hombres soltaron a Lois en el suelo que miró cómo se acercaban a Clark, él esquivó los golpes y no utilizó su fuerza extraordinaria. Estaba peleando contra dos cuando uno se le acercó por detrás con un palo de hierro. “Clark cuidado” gritó Lois asustada. Clark recibió un golpe en la cabeza que lógicamente no le causó daño pero lo tuvo que disimular echándose al suelo y quejándose. Lois estaba en el suelo y no pudo mirar ya que le iban a dar otro golpe, pero Clark le dio una patada al que estaba de pie y se incorporó. Al segundo lo mandó entre los cubos que había y al tercero lo cogió de las solapas de la camisa. “Ni se os ocurra acercaros a ella, porque si no, os la veréis conmigo” y lo soltó en el suelo quien no tardó en salir en corriendo. Clark fue a donde estaba Lois y se arrodilló. “¿Estás bien, te han hecho algo?” le preguntó él preocupado. “Yo, yo estoy bien, pero ¿y tú? Te han golpeado” ella le acarició en la nuca donde le habían dado a Clark. “No tengo nada, vamos te acompañaré a casa” dijo suave, él se levantó y le dio la mano a ella para ayudarla a incorporarse, ella tembló. “¿Seguro que estás bien?” dijo él. “Sí, sí, solo es el susto” cabeceó ella. El camino hasta la casa de Lois fue silencioso, ninguno hablaba. Él estaba preocupado por ella, y Lois recordaba lo que había sucedido. Iban a casi un metro de distancia, él sabía que ella no le había gritado por el miedo que tenía. Ella todavía no sabía qué pensar. Por fin llegaron a la puerta de la casa de Lois, ella subió las escaleras y al girarse él todavía seguía abajo. “Que descanses, buenas noches Lois” nada más decir esto, Clark se fue calle abajo. Lois se quedó mirando cómo se iba y después entró a casa, se dio un baño y fue directa a la cama.
“No, no, no le matéis, por favor, no” gritaba ella llorando. El sonido de un disparo que iba dirigido hacia él la despertó sobresaltada. Era una pesadilla, había soñado con el asalto de aquellos hombres esa noche. El sueño era totalmente distinto a la realidad, ella seguía en el suelo pero Clark estaba totalmente destrozado, sangrando. Uno de ellos sacó una pistola y la dirigió hacia Clark, ella gritaba y lloraba no quería que lo mataran, pero nadie la oía. Al final, el hombre disparó y ella gritó un “no” como nunca lo había hecho, sin parar de llorar. Lois no pudo dormir más en esa noche, así que se puso a escribir dando paso al domingo.
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Capítulo 10
Ella estaba muy cansada pues llevaba dos noches sin dormir, pero el lunes había llegado y temprano se fue a trabajar. Al llegar a la redacción ella se sentó en su mesa con dolor de cabeza. Miró a su alrededor y vio a Clark hablando con Perry “Buenos días Lois, tienes mala cara” dijo Jimmy, “Llevo dos noches sin dormir, necesito un café” contestó ella, “No te preocupes, ahora mismo te lo traigo” y sin más Jimmy se fue y volvió a los minutos con el café. “Muchas gracias Jimmy, oye ¿qué está hablando Perry con Kent?” dijo sin dejar de mirar al despacho. “Le está ofreciendo un artículo en el que tendría que viajar a Washington” contestó él. “¿Para qué?” preguntó extrañada Lois. “Para entrevistar a alguien importante de la Casablanca, se va hoy y vuelve a final de semana” dijo Jimmy. “¿Toda la semana para una entrevista?” dijo Lois. “Yo no sé más, lo siento” él se fue a seguir trabajando, y Lois vio que Clark y Perry salían del despacho. “Kent, mucha suerte confío en ti” le decía Perry. “Muchas gracias, lo haré lo mejor posible” le contestaba Clark, se llevó la mano a la nuca y Lois recordó lo sucedido el sábado. Perry entró de nuevo a su despacho y Clark se sentó en su mesa, “Jimmy, ¿te puedo dar trabajo para esta semana?” dijo levantándose Clark. “Claro Clark pídeme lo que quieras” contestó Jimmy. Lois estaba pendiente de todo lo que decían. “Necesito que busques información sobre estos tres hombres” pidió Clark dándole a Jimmy un folio con las caras dibujadas. “¿Qué ha pasado?” preguntó Jimmy. “Una larga historia, tengo que ir a casa a hacer la maleta” dijo recogiendo su mesa. Cuando se iba vio a Lois con mala cara y se acercó a su mesa lentamente. “¿Lois?” preguntó temeroso Clark. “¿Sí?” contestó ella levantando la cabeza. “¿Te encuentras bien?” dijo él. “Sí, solo estoy un poco cansada” dijo Lois quitándole importancia. “Bueno, yo me voy, hasta el lunes” “Hasta el lunes Kent” dijo ella suave, Clark iba a tocarla pero paró antes de hacerlo y se fue.
La semana estaba siendo muy larga, Lois tenía mucho trabajo y Lex no paraba de llamarla. Hacía días que no veía a Superman, ella seguía soñando con él y que un día se amaran, pero la realidad es que había un hombre que la amaba y se lo demostraba. En cuanto a Clark, el único pensamiento que tenía de él era lo sucedido con esos tres hombres. Clark le había pedido a Jimmy que buscara información sobre esos tres hombres, pero ¿para qué quería saberlo? Se preguntaba Lois. Otra de las preguntas que se hacía era si él haría un buen trabajo en Washington. “Claro que sí, por algo lo ha enviado Perry” se decía a sí misma. Ese fin de semana ella salió con Luthor que la trataba como una reina y le ofrecía de todo. Él le había dicho que la quería y ella simplemente le había sonreído y acariciado la cara. Luthor no desperdiciaba la oportunidad de besarla y Lois simplemente se dejaba querer.
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Capítulo 11
Era lunes por la mañana y Lois entró en la redacción, fue a hacerse un café y cogió el periódico. En primera página estaba la exclusiva de Clark en Washington, ella se sentó en su mesa y empezó a leerlo detenidamente. Era un trabajo realmente bueno, Clark detallaba todo lo ocurrido allí, y la entrevista era genial. “No seas muy dura con las críticas por favor” pidió Clark acercándose a ella. Lois no se lo esperaba y miró para arriba rápido. “Hola, yo solo le estaba echando un vistazo” dijo nerviosa ella. “Y…” esperó él. “Y bueno, todo es mejorable Kent, yo lo habría hecho distinto claro está, pero ya no hay vuelta atrás” dijo ella intentando parecer segura. “O sea que ha sido una basura lo que he hecho, bueno gracias por tu opinión” él volvió a la mesa desilusionado tirando el periódico a la mesa y se sentó a pensar. “Creí que le iba a gustar mi artículo, cuando ella lo dice es por algo” se decía él mismo. Lois lo miraba desde su mesa, él tenía una mirada triste, ella sabía que era un trabajo perfecto pero no podía reconocerlo.
Había pasado media mañana y Clark no había levantado la cabeza de su mesa, estaba absorto en el trabajo, silencioso y pensativo. Leía una y otra vez su artículo para ver dónde estaban los fallos. Las puertas del ascensor se abrieron y Lois vio a una pareja que preguntaba algo a Jimmy y él señalaba a Clark. Ellos se acercaron a Clark que cuando vio a sus padres se levantó. “Papá, mamá” abrazó muy fuerte a los dos. “Hola hijo” dijo su padre. “¿Qué hacéis aquí?” preguntó Clark. Lois se fijó en que todavía no habían roto el abrazo. “Bueno, hemos venido a ver a nuestro hijo que hace dos semanas que no lo vemos” dijo Martha. Clark le sonrió y la abrazó más fuerte, se puso en medio de sus padres con la cabeza apoyada en la de su madre y con los ojos cerrados. “Os he echado de menos” dijo Clark dulcemente. “Oh, cariño y nosotros a ti, ¿estás bien, te falta algo?” le decía su madre mientras le acariciaba la cara. “Estoy bien mamá, solo necesitaba veros, ¿por qué no me habéis llamado y os hubiera recogido?” preguntó él. “Sabíamos que estabas trabajando y no quisimos molestarte” dijo Jonathan. “¿Y las maletas?” dijo Clark. “Están abajo, además solo venimos un par de días” contestó su padre. “Bueno ahora mismo os llevo a casa” dijo él recogiendo su chaqueta. “No hace falta Clark, nos vamos en taxi” dijo Martha. “Clark he conseguido lo que me pediste” dijo Jimmy acercándose. “Aquí tienes toda la información: nombres, dirección, todo” añadió Jimmy. “Muchas gracias Jimmy” se dirigió a sus padres “Os quedáis aquí hasta que llegue, tengo un asunto que resolver. Ah y de paso me llevo las maletas a casa” les dio un beso a cada uno. “Ten cuidado cariño” pidió su madre.
Lois había estado observando y oyendo todo, Clark era muy cariñoso con sus padres. Pero lo que más le asustaba es que nada más traerle Jimmy la información sobre esos tres hombres que les asaltaron él se fue diciendo lo del asunto a resolver. Tenía miedo de que fuera a por ellos y no pudiera esta vez ganarles, no quería que su pesadilla se hiciera realidad. Vio cómo los padres de Clark estaban sin saber qué hacer así que se acercó a ellos. “Hola, ¿son el señor y la señora Kent?” preguntó tímidamente ella. “Exacto señorita, usted es…” dijo Jonathan. “Lois, Lois Lane” dijo ella sonriendo. “Oh, vaya, tú eres Lois” dijo Martha sorprendida y emocionada. “Yo soy Jonathan y ella es Martha” “Un placer conocerles” dijo Lois. “Para nosotros sí que es un placer conocerte, mi hijo nos ha hablado mucho de ti” dijo Martha. Lois puso cara de asombro ¿qué les podía haber dicho Clark de ella si apenas se hablaban? “Oh, ¿de verdad?” dijo ella sorprendida. “Por supuesto, nos ha dicho que eres la estrella del Daily Planet” comenzó él. “Y la mejor reportera de la ciudad, además de ser muy guapa” terminó Martha sonriendo. Lois se quedó sin palabras ante lo que había oído. “Clark es muy exagerado, él también es muy buen reportero” dijo Lois sonriendo, había cambiado totalmente de actitud. “Es muy trabajador, estamos orgullosos de tenerlo como hijo, aunque no sea biológicamente nuestro” dijo Jonathan. “¿Cómo? ¿Lo adoptasteis? Venid sentémonos” Lois dijo y se sentaron en el sofá. “Sí, no sabemos por qué, pero sus padres lo abandonaron cuando apenas tenía tres meses y nosotros como no podíamos tener hijos, Clark fue un regalo cuando lo encontramos” dijo Martha contenta. “¿Y él lo sabe?” preguntó suave Lois. “Sí, desde pequeño se lo dijimos” dijo él. “¿Y cómo se lo tomó?” dijo otra vez Lois. “Clark ha sido desde siempre bueno, comprensivo, bondadoso, dulce, cariñoso y muy sensible. Le hubiera gustado conocer a sus padres, y dice que tendrían motivos para dejarle así que no les guarda rencor, y a nosotros nos quiere con locura, somos la única familia que tiene, si no nos tuviera él estaría solo” dijo Martha emocionada. “¿Por qué no se vienen a Metrópolis? Así podrían estar con él” preguntó Lois. “No podemos dejar la granja, la cosecha se perdería y es lo que nos da de comer” contestó Jonathan.
Pasaron un rato hablando sobre Clark cuando él apareció de nuevo. “Ya he vuelto” dijo Clark. Lois se levantó y preguntó “¿Estás bien?” Clark se extrañó, “Sí, ¿ha pasado algo?” contestó. “Vi que Jimmy te dio la información de los tres tipos que nos asaltaron la otra noche y que tú te ibas y tenía miedo que fueras a por ellos” dijo ella bajando la cabeza. “Bueno en realidad sí, pero no te preocupes, no molestarán más” dijo tocándole el hombro, después se dirigió a sus padres. “¿Os habéis aburrido?” les preguntó. “En absoluto, hemos estado hablando todo el tiempo con Lois” dijo su madre señalándola ya que estaba en su mesa. “¿En serio?” preguntó extrañado Clark. “Claro, es una mujer muy simpática y muy dulce” dijo Martha. “Vaya, pues será con vosotros” dijo él en voz baja. “¿Qué has dicho?” preguntó su padre. “Nada, solo que ¿nos vamos ya?” contestó Clark. “Sí claro, vamos. Lois, ha sido un placer hablar contigo, hasta otra” dijo Martha. “Adiós señores Kent, adiós Clark” dijo Lois sonriendo. “Hasta mañana Lois, que descanses” dijo Clark sonriéndole.
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Capítulo 12
Había llegado más temprano a casa, cogió otra vez el Daily Planet para leer aquel artículo de Clark. Todavía recordaba las palabras que había intercambiado con los padres de Clark. Cuando ella le dijo que estaba solo, no sabía que era verdad, Clark estaba solo en el mundo, exceptuando a sus padres. Ella siempre se había quejado de sus padres, del abandono de su padre por culpa del trabajo. Sin embargo, a Clark lo habían dejado con apenas tres meses y ni siquiera odiaba a sus verdaderos padres. Todo lo contrario, los echaba de menos y a la vez quería y hacía feliz a los padres que lo habían acogido en su hogar. Sus padres lo consideraban un regalo para ellos, alguien único y perfecto en el mundo, incapaz de lastimar a nadie y un luchador constante. Ella se preguntaba si él seguía siendo así o había cambiado. ¿Por qué pensaba tanto en Clark? Porque lo había tratado mal, ella había puesto un escudo contra él pensando que era como todos los demás hombres. “Quizás lo sea, la gente cambia” se decía Lois. “Sin embargo, con Superman supe que no debía tener un escudo contra él, porque Superman es íntegro, bondadoso, dulce, comprensivo, bueno… Superman es perfecto” decía convencida.
El teléfono sonó en ese instante “¿Sí?” preguntó Lois. “¿Estoy hablando con la mujer de la que estoy totalmente enamorado?” contestó Luthor al otro lado del teléfono. “Bueno, eso solo lo sabes tú” dijo ella. “Entonces está claro que sí. Te llamaba por si querías cenar esta noche conmigo” dijo Lex. “Oh, bueno Lex gracias pero no sé” dijo ella nerviosa. “Vamos Lois necesitas salir y no solo trabajar, además eres la única que me hace feliz” dijo él intentando convencerla. “Está bien, ven dentro de una hora” dijo ella resignada. “Hasta luego preciosa” dijo Luthor antes de colgar.
Iba a vestirse cuando Superman apareció. “¿Lois, interrumpo?” preguntó él. “Superman, claro que no” exclamó ella contenta. “Venía a ver cómo estabas, Clark me dijo lo que te pasó el sábado” dijo Superman. “Estoy bien, muchas gracias por preocuparte por mí” dijo ella sonriendo mientras le acariciaba la cara. Él cerró los ojos y cogió la mano de Lois que estaba en su cara. “Lois necesito que me ayudes en una cosa, también se lo he dicho a Clark y entre los dos estoy seguro que me ayudaréis” dijo él. “Pídeme lo que quieras, yo haría cualquier cosa por ti” dijo ella acercándose más. “Existe una piedra procedente de mi planeta, que es letal para mí. Los fragmentos de esa piedra llamada kryptonita verde, estaban guardados en Laboratorios Star, pero alguien la ha robado. Necesito que encuentres la kryptonita y se la entregues al doctor Klein, para que la guarde en un lugar más seguro” pidió él. “Pero si tú eres invulnerable” dijo sorprendida Lois. “Como te he dicho procede de mi planeta y te aseguro que es letal para mí, he estado expuesto a la kryptonita ya por eso sé que me puede matar, Clark ya está investigando sobre el robo y tuvo que ser alguien con mucho poder” contestó Superman. “Confías bastante en Clark ¿verdad?” preguntó ella. “Sí, confiaría hasta mi vida” hizo una pausa y después le sonrió y añadió “Y a ti también” y le acarició la mejilla, lo que hizo que ella temblara y sonriera. “Llama a Clark y que te ponga al día con la información” dijo Superman. “Yo, yo no tengo su teléfono y además esta noche salgo con Lex” dijo ella nerviosa. “¿Luthor?” dijo él con mala cara. “¿Tú también piensas que es un criminal?” preguntó Lois sorprendida. “Mejor me ahorro los comentarios, buenas noches Lois” dijo Superman dirigiéndose a la ventana. “Buenas noches Superman” contestó ella acercándose y depositando un beso en su mejilla. Esa noche cenó con Lex pero con los pensamientos puestos en Superman y en esa kryptonita verde.
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Capítulo 13
A otro día, Lois se quedó dormida así que llegó tarde al trabajo. Nada más llegar fue a la cafetera, donde también estaba Clark. “Por favor ve rápido que necesito ese café” dijo Lois acercándose. “Pues de esta cafetera no vas a tener café porque está rota” contestó Clark. “¿Qué? No es posible” dijo ella sin creerlo. “Voy abajo a comprar, porque yo necesito otro” dijo Clark dirigiéndose al ascensor. “Clark, por favor tráeme uno” dijo ella con cara de desesperación. Él sonrió, asintió y salió, mientras pensaba en el cambio de actitud que ella había tenido. A los dos minutos él ya estaba en la mesa de Lois entregándole su café. “¡Qué rapidez!” exclamó ella. “Les he dado lástima y me han atendido rápido” bromeó Clark. “Este café es mi salvación” dijo Lois oliéndolo, después levantó la vista y vio que Clark se iba para su mesa. “Kent” lo llamó ella, él se volvió para mirarla y terminó Lois diciendo “Gracias” él le sonrió y se sentó a trabajar.
La mañana había pasado tranquila, Lois no se atrevía a hablarle a Clark sobre la kryptonita y menos allí en la redacción. Clark estaba buscando pistas sobre el posible ladrón de la kryptonita cuando escuchó la voz de alarma. Se levantó y sin que nadie se diera cuenta se fue al lugar donde al parecer había una bomba. Perry salió del despacho “Lois, vete ahora mismo al ayuntamiento, al parecer hay una bomba” dijo el jefe. “Ahora mismo voy Perry” contestó Lois, en ese instante miró a la mesa de Clark y vio que no estaba “¿Dónde está Clark?” preguntó Lois. “No lo sé, pero la bomba sí que sé dónde está” gritó Perry. Lois salió corriendo del Daily Planet y se dirigió al ayuntamiento que estaba rodeado de policías. Oía a la gente decir que Superman estaba dentro buscando la bomba, cuando salió volando con la bomba que explotó en las alturas. Después Superman volvió dentro del ayuntamiento para explorar y después salió ya andando y tranquilizando a la gente. Lois se acercó a él, “Superman ¿está todo bien?” preguntó ella. “Ahora sí, oye” se acercó un poco más a ella, “¿Has hablado con Clark sobre lo que te dije?” terminó por decir. “Oh, bueno yo todavía no lo he hecho porque no veía prudente hacerlo en la redacción, pero lo haré te lo aseguro” dijo sonriéndole. “Bien, nos vemos Lois” dijo él y acto seguido se fue volando. Por el camino de vuelta al Daily Planet se encontró con Clark. “Clark, había una bomba en el ayuntamiento” dijo ella al verlo. “Lo sé, he hablado con Superman y me lo ha contado. La bomba estaba colocada en el departamento de ciencia” asintió Clark. “¿Cuándo has hablado con él? ¿Departamento de ciencia?” preguntaba Lois extrañada. “He hablado cuando él se ha ido del ayuntamiento. En el departamento de ciencia están todos los informes de los estudios realizados en los laboratorios. Quien lo haya puesto deseaba algo de allí pues estaba todo desordenado. Superman ha explorado con su rayo láser por si había huellas y no ha dejado ninguna” decía Clark rápidamente. “¿Por qué pusieron la bomba? ¿Qué buscaban?” preguntaba alterada Lois. “Yo creo que pusieron la bomba para que no se averigüe lo que han cogido, aunque han sido precavidos ya que han roto varios informes. No sé lo que buscaban pero espero que no sea lo que me temo” dijo él pensativo. “¿Lo que temes?” decía Lois sin comprender. “Los cajones están divididos por cada laboratorio que hay en la ciudad, Superman me ha dicho que lo que buscaban estaba en el cajón de Laboratorios Star, ya que los demás estaban intactos excepto un cajón con varios papeles por el suelo, que estoy seguro que ha sido para despistar, porque el de Laboratorios Star estaba todo por el suelo” explicaba Clark. “Clark, ya comprendo todo. Superman me contó anoche lo de esa piedra verde y todo lo que pasó. ¿Crees que lo que buscaban era el informe de esa piedra?” dijo Lois. Clark miró para todos lados para ver si alguien los oía. “El que haya robado la kryptonita verde sabía que estaba relacionado con Superman, pero con ese informe sabrán toda la información y datos que necesitan para saber que es mortal para él” dijo Clark suave y muy cerca de Lois para que solo ella lo escuchara. “O sea que hay conexión entre el robo de la kryptonita y la bomba del ayuntamiento, por lo que el ladrón será la misma persona” contestó Lois igual de suave y sin separarse, los ojos de los dos se miraban fijamente. “Exacto” asintió Clark. “Pues descubramos quién es ese ladrón y qué trama, y así Superman estará a salvo” dijo decidida Lois.
“Es increíble lo fácil que ha sido despistar a ese grupo de inútiles” dijo un hombre mientras fumaba y se sentaba en su silla mirando hacia la ventana. “Usted es muy inteligente, señor, pero ¿para qué deseaba ese informe?” preguntó un hombre mayor. “Ese informe me revela todos los datos sobre la kryptonita verde que está en mi poder” dijo el hombre victorioso. “¿Revela algún punto débil del superhéroe?” preguntó otra vez el hombre mayor. “No. El informe revela que la kryptonita que tengo es veneno para Superman. El hombre de acero invulnerable sería vulnerable como una persona normal ante la exposición de esta piedra. Con esta piedra que tengo, Superman morirá jajajaja” dijo frío y con voz grave soltando una risa diabólica mientras seguía fumando.
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Capítulo 14
Habían pasado varias semanas desde el suceso de la bomba, Lois y Clark seguían manteniendo las distancias excepto cuando tenían alguna pista sobre el robo de la kryptonita y el informe. Lois intentaba hablar más con él, ella intentaba conocer a Clark Kent tal y como era. Sin embargo, Clark no quería sufrir más y solo hablaba con ella cuando la situación lo requería. Estar al lado de Lois y no poder decir lo que él sentía por ella, era superior a la fuerza infinita que él tenía. Además desde un principio ella le dejó claro que no quería saber nada de él, ella no se fijaría en alguien como él.
Por otra parte, ella no sabía lo que sentía por Luthor. Ella salía con él, Lex la trataba lo mejor posible, y le decía que la quería. Lois sabía que sentía atracción por él, pero no sabía hasta dónde llegaban sus sentimientos por él. Sin embargo, ella estaba segura que amaba a Superman. Ese hombre era único en el universo, no ya por sus poderes, sino por todo lo que él representaba y lo que era: un hombre con sentimientos y con cualidades que lo hacían el hombre más maravilloso del mundo. Tenía miedo de que el tipo que hubiera robado la kryptonita hiciera daño a Superman. Ella no iba a permitir que lastimaran e incluso mataran al héroe del mundo. Se pasaría las noches sin dormir investigando cualquier pista para descubrir al ladrón. Ella sabía que Clark trabajaba día y noche en todo lo relacionado con la kryptonita, ya que siempre llegaba cansado a la redacción y con síntomas de no dormir. Definitivamente Superman supo bien a quién confiarle toda la información, ahora supo por qué le concedió esa primera entrevista, y por qué le confía hasta su vida. Clark era un buen tipo, ya lo habían dicho sus padres, pero ahora ella lo estaba viendo. Sin embargo, Lois había estado negando eso desde que Clark llegó a la ciudad. Lo había despreciado, ignorado, le había hecho daño. Y vio que lo había juzgado mal cuando quizás ya era demasiado tarde.
“Necesito verlo arrodillado a mis pies, suplicando por su vida, humillado” dijo con voz ronca el poseedor de la kryptonita. “¿Cuándo va a matarlo, señor?” preguntó tranquilamente el hombre de avanzada edad. “¿Yo? Jajaja, yo no voy a matarlo, mi querido Nigel, no sería tan estúpido como para que mi reputación se echara a perder. Yo simplemente pondré los medios para que esa muerte se lleve a cabo” dijo sosteniendo en su mano un fragmento de kryptonita. “Y ¿qué medios son?” preguntó Nigel. “Un local abandonado, un grupo de asesinos y ladrones pagados por mí pero que no sabrán quién les ha pagado, kryptonita escondida por todo el local suficiente como para debilitarlo en segundos, un rehén y por supuesto el protagonista, Superman” dijo él en la oscuridad con una sonrisa malévola. “El plan es grandioso” dijo anonadado Nigel. “Lo sé, ¿a que soy magnífico? Jajajaja” dijo elogiándose y encendiendo un puro. “Sin dudar, es usted el mejor” contestó Nigel. “Dentro de poco Superman será historia” dijo suave levantándose de la silla. “¿Y el rehén?” preguntó Nigel. “El rehén también me ha traído muchos problemas, por lo que él será también historia jajajaja” se asomó por la ventana viendo cómo anochecía en la ciudad.
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Capítulo 15
Pasaba un mes en Metrópolis y en el Daily Planet todo estaba normal, sin embargo nada hacía pensar que dos de sus reporteros estaban investigando aparte un caso que nadie sabía. Además ese caso había hecho que los dos se conocieran más, estuvieran cada día más juntos. Lois se dejaba ver tal y como era, y Clark veía a la mujer que sabía que era desde el principio, la mujer que le enamoró. Después él reaccionaba y evitaba estar cerca de Lois, lo que hacía que ella se enfadara pues no sabía lo que le pasaba a Clark. Cada vez que ella estaba con Clark al cabo del rato él se ponía serio y se iba, luego ella intentaba hablar con él pero nunca lo conseguía.
Un día los dos estaban en el Daily Planet uniendo las pistas que ellos tenían. Al anochecer se quedaron solos en la redacción. “Vaya parece que nos han dejado solos” dijo Lois. “Yo, yo me tengo que ir” dijo nervioso Clark. “¿Qué? No, Clark, tú no te vas a ninguna parte. Otra vez estás evitándome” dijo ella levantándose. “No, no, yo, yo solo” dijo él dirigiéndose al ascensor. Ella se alteró y gritó “Te abrí mi corazón Clark Kent, yo he dejado que me conocieras y ahora me evitas ¿por qué?” dijo muy nerviosa. “Porque no deseo solo que abras tu corazón, también que me dejes entrar en él, porque te amo” gritó él desesperado. Ella se quedó atónita “¿Qué? No puede ser, yo no, yo no” titubeó ella. “Lo sé, yo te amo pero tú no me amas, es normal. Por eso yo necesito evitarte, alejarme de ti, porque te amo tanto que me duele el corazón” dijo él muy suave para después irse por el ascensor, dejando a Lois de pie asimilando lo que acababa de oír de la voz de Clark.
Lo había hecho, no sabía cómo pero se lo había dicho. Ni el valor, ni la fuerza, ni todos sus poderes tenían comparación con el hecho de decirle a Lois Lane que la amaba. Él sabía que a partir de ese momento su relación ya no iba a ser la misma, ahora que por fin había conseguido tener su amistad él le tuvo que decir que estaba enamorado de ella. Ya tenía dos problemas que Clark Kent no sabía cómo resolver: un loco que tenía la kryptonita verde seguramente para matarlo, y la confesión a Lois Lane de su amor por ella.
Ella llevaba más de media hora dando vueltas, hasta que por fin se decidió volver a casa. Si antes era difícil entre dos hombres, ahora más difícil entre tres. En primer lugar estaba su héroe, el hombre perfecto y con poderes, del cual ella estaba perdidamente enamorada. Y luego dos hombres habían confesado su amor por ella, uno era millonario y le robaba besos a cada instante; el otro era su compañero de trabajo al que no soportaba en un principio pero después lo conoció mejor y vio que era un gran hombre. A Clark le importaba lo que ella sentía por eso la evitaba, Lex daba por hecho que ella sentía lo mismo por él. Superman no se había pronunciado, ella le amaba y él tenía una relación estrecha con ella sin llegar a nada más. Pensando en los tres hombres que estaban en su vida, se acostó recordando que a otro día vería a Clark y no sabría qué decirle.
“Bien, ya está todo listo, ese grupo de hombres tendrán un auricular y micrófono con el que se comunicarán conmigo, así les daré las instrucciones paso por paso” dijo el hombre entre las sombras. “¿Usted está seguro que él caerá en la trampa?” dijo Nigel. “Por supuesto, la información siempre es valiosa para un periodista, él irá directo al lugar donde será asesinado junto con su amigo Superman” dijo sin dudarlo. “¿Y si ella aparece?” preguntó de nuevo Nigel. “A ella no le harán daño, solo harán lo que yo les mande. ¿Listo para el secuestro y la noticia del siglo, Nigel?” los dos sonrieron, ya había empezado el plan.
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Capítulo 16
Por la mañana en el Daily Planet Lois esperaba impaciente la llegada de Clark, la noche anterior no había podido hablar con él y ella sabía que debía hacerlo. Al entrar Clark a la redacción Lois salió a su paso “Tenemos que hablar” dijo Lois nerviosa. “Sé lo que me vas a decir así que no te preocupes” dijo él sin mirarla. “Necesito explicarte” dijo ella y lo cogió del brazo y se lo llevó a un lugar donde estuvieran solos. “Clark yo no sé lo qué decir” empezó ella. “No quiero que todo cambie por lo que te dije ayer” continuó Clark. “Clark yo estoy con Luthor, yo no puedo amarte” intentaba explicar ella. “¿Y a él sí lo amas?” preguntó Clark. “Clark yo amo a Superman, él es del quien estoy enamorada, sin embargo a Lex puedo aprender a amarle” decía ella nerviosa. Clark bajó la cabeza, otra vez Superman “No puedes aprender a amarme” dijo él resignado. “Yo lo siento Clark, pero mis sentimientos no son para ti” dijo ella suave. “Entonces por favor olvídate de lo que te dije ayer” dijo Clark. Y eso fue lo que Lois y Clark hicieron, olvidar lo sucedido y seguir trabajando.
Por la tarde, Clark se dirigió a su apartamento se quitó la ropa, incluido el traje de Superman, y se dio una ducha. Después se puso unos pantalones y una camisa blanca pero sin el traje del héroe. Se sentó en el sofá y cerró los ojos intentando olvidar todo, pero sonó el timbre de la puerta. Al abrir, él se encontró a Lois “Hola” dijo ella tímidamente. “Hola, pasa” dijo Clark. Ella entró y Clark le señaló que se sentara en el sofá. “Tengo información sobre las personas que entraron en el departamento de ciencia antes de saber lo de la bomba” empezó ella. “Bien pues miremos otra vez todo” dijo Clark. En ese momento el teléfono sonó “¿Sí?” preguntó Clark. “¿Clark Kent?” dijeron al otro lado del teléfono. “Sí, soy yo” contestó Clark. “Le tengo información sobre la bomba colocada en el ayuntamiento, venga a este lugar” le dijo el hombre. Clark apuntó en una hoja la dirección “Ahora mismo voy” terminó Clark. “¿Qué pasa?” preguntó Lois. “Información sobre la bomba del ayuntamiento” dijo Clark cogiendo las llaves. “Yo voy contigo” dijo decidida Lois. “Lois, puede ser peligroso” le dijo Clark. “Vamos Clark” dijo ella sin escucharle. Clark se fijó que no llevaba su traje de Superman, pero bueno solo les llevaría un par de horas.
“Señor con él viene la periodista Lois Lane” dijo uno de los hombres por el micrófono. “Lois, querida, ¿por qué has venido con ese hombre? Escúchame, a ella no le hagáis daño, haced esto” el ladrón de la kryptonita daba instrucciones a sus matones desde su mansión. Mientras Lois y Clark llegaban al sitio indicado “Esto está un poco desierto ¿no?” dijo ella. “Lois vuelve a casa por favor” dijo él nervioso. “No digas tonterías, mira ese local ¿qué habrá detrás de la puerta? Vamos a acercarnos” dijo ella curiosa. Cuando Lois y Clark se acercaron él sintió un pinchazo en la cabeza y se paró en seco. “¿Qué te pasa?” preguntó Lois. “No sé, no me siento bien, me duele la cabeza” dijo él presintiendo que había kryptonita cerca ya que se estaba sintiendo cada vez más débil. “Por favor Lois vete de aquí” dijo él sabiendo que algo no marchaba bien. De repente la puerta se abrió y varios hombres empujaron a Clark dentro y cerraban la puerta mientras que otro sujetaba a Lois. “Clark, dejadlo” gritó ella intentando zafarse del hombre. Éste la tiró al suelo y Lois vio que estaba con la cara tapada. “No tienes valor de mostrar la cara cobarde” dijo ella enfadada. “Escúchame bien porque de ello depende la vida de Kent. Busca a Superman y dile que se presente aquí lo antes posible porque cuanto más tiempo pase, más daño y menos vida le quedará a tu amigo” después se metió dentro de la puerta y Lois corrió hacia allí para intentar abrirla pero no lo consiguió, en su lugar oyó un golpe y posteriormente el grito de Clark. “Superman aparece por favor” dijo ella llorando. “Clark perdóname por dejarte aquí, pero volveré con ayuda. Resiste por favor” dijo ella suave y sin parar de llorar. Volvió corriendo al coche y antes de entrar miró de nuevo el local donde habían metido a Clark y se fue rezando para que el hombre que le había confesado su amor saliera vivo de allí.
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Capítulo 17
La cabeza le explotaba de dolor, su cuerpo le temblaba, y la fría sangre resbalaba por su labio. Él oía voces lejanas, ese lugar estaba semioscuro y todo estaba rodeado de kryptonita, sin duda éste era su fin. “¿Sabes? Ahora mismo todos deben de estar buscando a Superman para que rescate al pobre de Kent, a no ser que esa periodista te odie tanto que ella no diga a la gente que busque al superhéroe, jaja” dijo uno de los secuestradores. “Parece que se ha quedado mudo, ¿vamos a comprobarlo?” dijo otro hombre, seguidamente le dio un puñetazo en la cara que ocasionó un pequeño gemido de Clark. “Vaya parece que sí, ¿grabamos un video y se lo regalamos a Lane?” dijo el mismo de antes. “La policía no tardará en venir y echar la puerta abajo” dijo susurrando Clark. “Lo siento amigo, pero esa puerta solo se puede abrir por dentro, sin embargo fuera escuchan todo lo que pasa aquí” dijo el primero que habló. “Bueno yo me aburro, así que venga grabad mientras me divierto” dijo un tercer hombre. “De eso nada, todos nos vamos a divertir dejamos la cámara grabando y calladitos todos, que solo se oiga los gritos de Kent” dijo el segundo. A partir de ese momento, Clark no supo cuántos golpes recibió, solo deseaba que terminara aquel infierno pronto para bien o para mal. Su cuerpo había reaccionado muy rápido a la kryptonita, al minuto de estar cerca de la piedra su piel ya era vulnerable y no sabía cuánto él podía aguantar vivo cerca de la piedra mortal. Clark veía los puños de los hombres impactar en su cara y en su estómago, después los secuestradores decidieron cambiar a las patadas en la espalda, el estómago y la cara de Clark. La nariz la tenía reventada, la boca le sangraba y le dolía todo el cuerpo. Al principio gritaba de dolor pero ya en los últimos golpes no tenía fuerzas ni para quejarse. Cuando los hombres se divirtieron lo suficiente, cogieron la cinta de video y junto con un aparato de video y televisor lo enviaron fuera.
Lois había ido a avisar a todo el mundo de lo que había pasado, buscaba desesperadamente a Superman, ella solo podía pensar en cómo estaría Clark. Ella llamó a la policía y les indicó el sitio decidida en ir con ellos. Al llegar vieron la cinta de video, al ponerlo y aparecer la imagen en el televisor Lois se arrodilló llorando al ver a Clark gritar de dolor mientras esos miserables hombres lo destrozaban. “Dios mío, Clark ¿por qué tú?” dijo llorando mientras tocaba la pantalla donde se veía a Clark ensangrentado y rendido en el suelo. “Hagan algo, esos hombres lo van a matar” dijo a la policía alterada. “Por favor suelten al rehén” dijo la policía con un megáfono. “Vaya parece que han venido a por ti, a pesar de todo la periodista se preocupa por ti qué pena que no la vayas a ver más jajaja” dijo el líder. Clark simplemente no oía, él cerraba los ojos esperando el momento en que no pudiera más. Los secuestradores mandaron una nota fuera en la que decía “Cuando venga Superman negociaremos”. La policía no sabía qué hacer, como no aparecía Superman ellos decidieron intentar echar la puerta abajo. “Pero ¿qué hacen? Se van a enterar ahora lo que es jugar con lo que nosotros decimos” dijo uno de los hombres. Después él cogió la pistola y disparó dos veces. “Oh, vaya he fallado jajajaja” dijo riéndose al ver a Clark gritar y gritar de dolor. Lois sintió esos dos disparos y el grito, se le aceleró de tal forma el corazón que pensaba que se le pararía en ese instante. “No, no puede ser, no, nooooooooooooo” gritó llorando echándose encima de la puerta. La policía intentó cogerla y tranquilizarla, pero ella no paraba de llorar y de golpear la puerta “No me dejes Clark, no me dejes” decía ella desconsolada.
“Superman sigue sin aparecer, señor” decía uno de los hombres por el micrófono. “¿Y el rehén?” preguntó desde su casa el que había organizado el plan. “Lo hemos destrozado a golpes y ahora le hemos disparado dos veces” dijo de nuevo el secuestrador. “Vosotros haced lo que os digo, coged toda la kryptonita, salid por la puerta trasera y venís inmediatamente a este lugar a entregársela a mi mayordomo ¿entendido?” ordenó a sus hombres. “¿Y Superman?” preguntó uno de los secuestradores. “Yo lo pillaré en otro momento” contestó. “¿Y Kent? Está moribundo” dijo el tercer hombre. “Cuando salgáis por la puerta trasera, abrid la puerta de delante con el mando y lo dejáis allí, no puede identificaros porque no os ha visto, eso si es que sobrevive” dijo de nuevo el millonario desde su asiento, encendiéndose un puro.
Ya era de noche y Lois temblaba sin poder articular una palabra. De repente la puerta delantera se abrió con un fuerte chirrido. Lois levantó la cabeza “Clark” susurró, y corriendo se metió dentro. La policía intentó detenerla pero fue imposible, al entrar ella vio el cuerpo de Clark tirado por el suelo y se abalanzó sobre él. Clark tenía los ojos cerrados, la boca entreabierta, él estaba sangrando. “Clark, abre los ojos por favor, no puedes irte” dijo ella llorando y tocando con sus manos la cara de Clark sin importarle que estuviera llena de sangre. Él oyó la voz de Lois e intentó abrir los ojos pero no pudo, así que movió la cabeza “Clark estás vivo, estás vivo” gritaba ella. Lois vio que su camisa estaba cubierta de sangre y al abrirla vio que las balas del disparo le habían dado en el brazo y en el hombro derecho. “Dios mío, una ambulancia, está herido de los disparos” gritaba ella hacia fuera. Lois le quitó la camisa a Clark y se la apretó en el brazo, después se quitó ella su chaqueta e intentó cortar la hemorragia del hombro. La policía llegó junto con los médicos y apartaron a Lois de allí a la fuerza. Ya con las balas fuera de su cuerpo, él reaccionó un poco “Lois” susurró él levemente. “No hable señor Kent” le decía un médico. “Lois” dijo él más fuerte, ella lo escuchó y se dirigió a él corriendo sin importarle los médicos. “Estoy aquí Clark, te pondrás bien, te lo prometo” dijo ella cogiéndole la mano. Él abrió los ojos y la miró “Gracias a ti estoy vivo” susurraba muy suave Clark. “No, yo no he hecho nada, tú has sido el valiente” decía ella emocionada. “Me quiero ir a casa, Lois, por favor díselo al médico dile que mis padres me cuidarán” él le suplicaba con los ojos brillantes. “No te preocupes Clark, tú irás a casa con tus padres, ya están aquí, ellos te cuidarán y yo también lo haré” decía ella tranquilizándolo suavemente. Al subirlo en la camilla se soltaron de la mano “No me sueltes por favor” decía él buscando la mano de Lois. Lois cogió la mano de Clark y le sonrió, los médicos pusieron un sedante a Clark “Descansa Clark” decía ella muy flojo, mientras él caía en el sueño. Lois vio cómo se llevaban a Clark en la noche, pero como él deseaba se lo llevarían a casa. Ella volvió a casa pero sin poder dormir, ese día había sido muy duro, ella había estado a punto de perder a Clark, a su compañero, a su amigo, al hombre que le había confesado su amor por ella, al hombre el cual había descubierto que no podría vivir sin él. Ella había descubierto algo que nunca creía que iba a suceder, pero sucedió ya que el corazón manda y puede ser tan repentino como el disparo de una o dos balas, dos balas que casi habían matado a Clark Kent.
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Capítulo 18
El día había llegado a Metrópolis, y Lois no fue a trabajar. Ella necesitaba ver a Clark, no podía dejar de pensar en su cuerpo ensangrentado, herido con dos balas, lo había oído gritar, sufrir y ella también sentía el dolor que él estaba teniendo. Ahora él estaba fuera de peligro, pero ella no podía imaginar su vida sin él. Estos pensamientos llevaron a Lois hasta la puerta del apartamento de Clark. “Lois, querida, pasa” dijo Martha al verla. Lois entró y nada más cerrar la puerta abrazó a la madre de Clark. “¿Cómo está, Martha?” dijo Lois con voz muy baja. “Vamos, yo te llevo con él” contestó Martha mientras la cogía de la mano y la dirigía a la habitación de Clark. Después, Martha volvió al salón y Lois se giró hacia la cama. Allí, Clark estaba tumbado jugando con una taza de té. “Clark” susurró ella. Él la miró “Lois” intentó levantarse pero le dolía todo el cuerpo. “No hagas esfuerzos. ¿Cómo estás?” dijo Lois sentándose en una silla al lado de la cama. “Estoy muy débil todavía, pero las heridas ya están curadas” dijo él incorporándose poco a poco hasta quedar sentado en la cama. “Todavía tienes esa venda puesta donde, donde te dispararon” titubeó ella nerviosa mirando para abajo. “No pienses más en eso, estoy aquí, estoy bien” ella cogió la mano de Clark y la acarició suavemente, después miró el pecho desnudo de Clark y vio otra venda alrededor de las costillas. “Ojala hubiese estado contigo en ese horrible lugar” dijo ella mientras caían lágrimas por su mejilla. “Tú no podías ver eso, hubieras sufrido mucho” dijo limpiando con su pulgar las lágrimas. “Te aseguro que he sufrido mucho más sin saber cómo estabas” contestó Lois. Clark sonrió y miró sus manos unidas “Luthor es muy afortunado” dijo él. “¿Por qué?” preguntó ella. “Por tenerte, por ser amado por alguien como tú” dijo él con resignación y acariciando suavemente la mano de Lois sin levantar la vista. “Clark, yo, yo no puedo amar a Lex cuando ya hay alguien que está dentro de mi corazón, alguien al que amo, alguien que sin él no podría vivir” dijo ella susurrando. “Superman, lo sé” comenzó él a decir. “No, Clark, no. Cuando tú estabas allí aguantando los golpes de esos hombres sin piedad, sin saber si sobrevivirías, yo sentía tu dolor, tu sufrimiento. En ese momento yo no podía imaginar qué sería de mí si te perdía, si morías mi vida no tendría sentido. Ese alguien al que amo ha entrado en mi corazón muy poco a poco, tan silencioso y prudente que ni siquiera yo me he dado cuenta hasta ahora. Siempre he puesto un escudo a mi corazón contra invasores, pero tú has superado ese escudo, tú has entrado en mi corazón. Ahora que estás dentro, no quiero que salgas, yo también deseo estar en tu corazón” dijo ella muy despacio y suave. Los dos se miraban fijamente y ella acariciaba la mejilla de Clark. “Di… dices que, que…” tartamudeó él. “Digo que te quiero, Clark, te quiero” dijo Lois. Clark no sabía si reír o llorar de la emoción. Eso con lo que llevaba mucho tiempo soñando se había cumplido. Lois se acercó a la mejilla de Clark y le dio pequeños besos suaves y con amor. Ella recorría con sus labios la oreja, la mejilla y el principio del cuello del Clark mientras le susurraba las palabras que él siempre deseó oír. “Clark recuérdame qué es amar, enséñame cómo se ama. Bésame Clark” ella se separó un poco y lo miró a los ojos que brillaban de felicidad. Los dos se iban acercando lentamente entreabriendo sus labios, Clark levantó sus manos a la cara de Lois mientras que ella puso sus manos en el cuello de Clark. Por fin ellos cerraron la distancia que les separaba. Ella saboreaba el labio inferior de Clark mientras que él besaba el labio superior de Lois. Los dos temblaron al sentir ese placer que los invadía por todo el cuerpo. Los dos saborearon aquel momento tan especial, temiendo que en cualquier momento despertaran de ese sueño. El primer beso fue lento, tímido pero a la vez con amor y pasión, sentían la humedad de los labios del otro mientras el tiempo se paraba en ese preciso momento para los dos.
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Capítulo 19
Era casi al mediodía cuando Martha entró a la habitación de Clark con un tazón de sopa. Al llegar, vio a su hijo abrazado a Lois y volvió para la cocina. “Jonathan, ven, parece que Clark ya ha encontrado a la mujer que quería” dijo Martha ilusionada. Al volver al cuarto de Clark vieron cómo ellos se besaban dulcemente y juntaban sus frentes. “Dejémoslos ahora, después le traes la sopa” dijo Jonathan a Martha.
“¿Cómo estás?” preguntó Lois dulcemente. “Nunca había estado mejor en toda mi vida” contestó él. Ella le acarició la mejilla mientras él cerraba los ojos y sonreía. “Clark, perdóname” dijo ella. “¿Por qué?” contestó él abriendo los ojos extrañado. “Por todo lo que te he hecho desde que llegaste a Metrópolis” respondió Lois. “Defendías lo que era tuyo, lo que habías trabajado, eso fue una de las cosas por las que me enamoré de ti desde el primer día” dijo Clark besándole la mano tiernamente. “¿Desde el primer día?” preguntó ella sorprendida. “Desde que te vi por primera vez cuando fui para la entrevista, desde que sabía cómo eras. No pienso permitir que te hagan daño, te defenderé siempre” dijo él muy suave. “Oh, Clark, no quiero sufrir, y no quiero que te hagan daño” dijo ella abrazándolo. “Lois, te quiero tanto” dijo Clark besándole el cuello lentamente, ella suspiró y sonrió, invitando a Clark a seguir besándola guiándolo por sus hombros, y él siguió su camino de besos hasta llegar a la boca de ella que le esperaba impaciente. Ninguno de los dos había experimentado esta sensación tan placentera con solo a través de unos besos. Sus respiraciones eran entrecortadas, los suspiros eran constantes mientras que sus bocas se movían en todas las direcciones para no dejar sin besar ni un rincón. Las manos de Lois recorrían el pecho de Clark subiendo hasta su cara y su pelo, mientras que él rozaba sus dedos por la espalda de ella. Cuando ellos despegaron los labios se miraron a los ojos con pasión, Lois miró otra vez para los labios de Clark y trasladó sus manos a la nuca de él para atraerlo hacia ella y volverlo a besar locamente. “No pares Clark, bésame, te necesito” pedía ella entre besos. “Esto es un sueño, te amo Lois, pídeme lo que quieras” dijo Clark aumentando la velocidad de los besos. “Me das todo lo que necesito, sigue besándome” respondió Lois, abriendo más su boca. La lengua de Clark se introdujo en la boca de ella causando que Lois gimiera y se intensificaran esos besos. Al final fueron reduciendo la velocidad para besarse de manera lenta y saboreando y lamiendo los labios del otro, “Debería irme al Planet” dijo ella acariciando los labios de Clark. “No te vayas, quédate aquí conmigo, por favor” pidió él. “Quiero saber quiénes son los que casi te apartan de mi vida, quiero verlos en la cárcel” dijo ella nerviosa. “Tranquila, ya lo solucionaremos cuando me recupere totalmente” respondió Clark acariciando la mejilla de Lois. En ese momento, Martha entró con la sopa. “Hijo tómate esta sopa, te sentará bien” dijo Martha. “Gracias mamá” contestó él. “Ya se lo doy yo, hay que cuidar del enfermo” dijo Lois sonriendo a Clark. Martha sonrió al ver cómo se miraban los dos y salió del cuarto.
Después de comer, Clark vio que Lois estaba cansada. “Vete a casa a descansar” dijo Clark besándole la mejilla. “No, no pienso dejarte solo ni un momento” contestó ella. “Entonces ven, acuéstate aquí que necesitas dormir” dijo él haciendo un hueco en su cama. Lois se tumbó y sonrió “Dime que estaremos así muchas veces” dijo ella. “El resto de mi vida contigo” contestó Clark acercándose a ella y le dio un beso. “Clark” “¿Qué pasa mi vida?” preguntó él. “Te amo mi amor” respondió ella cerrando los ojos y abrazándose a él. “Yo también te amo cariño, duerme bien” dijo Clark durmiéndose también.
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